Alfred se interesa por el mundo de la magia y la ilusión desde niño y lo que comienza siendo un juego para él, con el paso de los años se convierte en su modo de vida. Se forma como Ilusionista y escapista de manera autodidacta, y su gran pasión y admiración por Harry Houdini le lleva a experimentar métodos y técnicas que nada tienen que ver con los números de magia que habitualmente practica, aprendiendo a manipular cerraduras, candados, esposas policiales y cualquier sistema de inmovilización empleados por las fuerzas de seguridad.
A los 3 años de edad Alfred juguetea con varitas y chisteras, a los 7 llega a sus manos un comic de Houdini y una enciclopedia de magia que le regaló su abuelo materno, ambos los estudia en profundidad lo que le lleva a los 12 años a estructurar su primer show de magia donde cabe destacar un número de escapismo y espiritismo.
A los 13 años y junto a su hermana melliza Dalia se enfrenta sin esperarlo a su primer escapismo real. Llegando a casa después del colegio, se ven atrapados en un ascensor a cuatro pisos de altura. Esta situación angustiosa hizo entrar en pánico a su hermana y Alfred decide llevar a cabo una maniobra ingeniosa pero peligrosa que consigue liberarlos y ponerlos a salvo.
Forzando la puerta de seguridad del ascensor Alfred se deslizó hasta el tercer piso entre los cables para acceder a la puerta de la planta abriéndola de forma magistral desde el interior del hueco del ascensor, una vez allí y pulsando repetidas veces el mando de llamada el ascensor se desbloqueó y bajó quedando en uso normal, su hermana no daba crédito a lo vivido y desde aquel momento lo compara con un superhéroe. Esta experiencia le hace crear una visión muy personal y única sobre el arte del escape convirtiéndolo en El Rey del Escapismo.
Con 18 años se convierte en profesional del ilusionismo y deja de lado los estudios superiores para dedicarse a tiempo completo a lo que más le apasiona, la magia y el escapismo, ha colaborado con programas de televisión en cadenas nacionales y autonómicas lleva en cartel varios espectáculos con los que ha viajado por Europa y África y ha realizado los números de magia más peligrosos que denomina como Ilusionismo Mortal.
En la actualidad Alfred Cobami no deja de sorprender en sus creaciones tanto mágicas como de escapismo y todo esto gracias a su gran creatividad y capacidad de trabajo.